Emiliano “Mili”
Goggio (40) es, actualmente, conductor de un programa de la radio
Vorterix llamado “Ácido”, con sus compañeros Santiago "el
Gallo " Bluguermann, Julio Leiva y Martín Abusamr. Los viernes
tiene su segmento llamado “La MiliFest”. Antes era guionista de
radio. Goggio nos muestra la radio y contesta algunas de nuestras
preguntas mientras estamos sentados en la sala de la pantalla verde,
lugar en donde transmiten recitales en vivo por la web.
Por
Luciana Gottlieb
¿Qué es ser guionista de radio?
Un guionista no te guiona todo el
programa, te guiona cosas determinadas. Y generalmente tiene que ver
con el humor. Hay algunos que, ponele, los humoristas o los
imitadores tienen un guioncito que se lo escriben ellos.
Por ejemplo, esto no está guionado
(refiriéndose al programa de radio que estaba en el aire en ese
momento).
En el 97 nosotros teníamos un programa
en una radio chica en el que escribíamos nosotros y lo actuábamos.
Tenían un principio y un final y era todo actuado. Hacíamos algunas
en vivo y otras grabadas.
Cuando empezamos con Mario (Pergolini),
él dijo: “Bueno, quiero empezar a tener un radio-teatro, hacer
todos los días”, entonces nosotros empezamos a hacer eso. Un
radio-teatro que empezaba el lunes y terminaba el viernes. Eran cinco
capítulos.
Y eso fue lo primero que empezamos a
hacer y era guionado porque tenía un principio y un final, pero era
parte del programa. A medida que fue pasando el tiempo fuimos
haciendo más cosas, pero siempre a través del humor y cosas que son
grabados.
¿Por qué elegiste la carrera de
guionista?
Nosotros no tenemos una carrera en sí.
Fue algo más natural. Cuando nosotros estábamos en cuarto año
tuvimos un taller de radio que había de todo, podías practicar un
poquito de lo que es conducir o guionar o lo que sea.
Nosotros éramos cuatro. Hicimos como
un programa de humor que era todo muy amateur. Pero empezamos
guionando nuestras cositas.
Cuando terminamos el colegio, nuestro
profesor nos dice: “Esto está bueno chicos. Por qué no hacen un
poquito más de esto, tratan de meterse en algún lado, en alguna
radio de barrio y si les gusta pueden fijarse para qué lado ir.”
Yo nunca había pensado en hacer radio como una carrera o lo que sea.
Este profesor nos hace a nosotros la gamba y entramos en FM La Tribu,
que es una radio de barrio pero que, digamos, es bastante conocida.
Los estándar eran buenos entonces
pudimos hacer un programo relativamente bueno porque teníamos apoyo
de la radio y todo. Ahí también era un programa muy amateur, pero
éramos cuatro e hicimos 120 programas, lo cual es mucho. Fueron tres
años que empezamos a desarrollar un montón de cosas de humor para
escribir cositas, radio-teatro, guiones.
Cuando teníamos tres años ya con eso
y estábamos hartos de alquilar un espacio, dijimos: “Bueno, vamos
a ver qué hacemos con esto.” Y llevamos cassetts, 1997-se burla de
la antigüedad – a tres o cuatro radios que nos parecían que nos
podían dar una oportunidad. Uno de ellos fue Pergolini. Uno de los
chicos les dio un cassetts, Mario lo escuchó y dijo: “Bueno esto
me gusta”. Él estaba buscando guionistas justo. “Me gusta pero
necesito que me hagan un demo más grande” nos dijo. Él estaba en
la Rock and Pop en ese momento, era el segundo año de “Cuál es”.
Y nos dijo por ejemplo: “Yo de estos tres minutos quiero que me
hagan algo que dure 20” y nosotros teníamos secciones de tres
minutos. Tenemos que escribir como si fuera un piloto o un demo, algo
que tuviera más que ver con lo que él estaba necesitando.
Ahí empezamos a desarrollar la carrera
de guionista, más que conducción que era algo que nosotros hacíamos
en la radio de barrio. Poco a poco fuimos aprendiendo, pero no fue
una carrera.
Es decir, no fue algo que estudiaste
en una facultad
Arrancamos nosotros por nuestra cuenta.
Después la facultad fue directamente “Cuál es”.La gran
diferencia es que estás acostumbrado, cuando empezás a producir dos
cosas por semana. Y cuando estás en una radio capaz tenés que
producir tres por día. Entonces ahí está el cambio. Cuando
realmente te profesionalizas es cuando aprendés el trabajo en sí.
Entonces el día a día es realmente lo que te va dando una práctica
y te hace automatizar una cosa, que a lo mejor es un laburo que lo
haces por hobbie.
Ahí fue cuando nos convertimos en
guionistas de alguna manera. Éramos tres y cada uno fue haciendo un
camino distinto.
Y ¿cómo pasaste de ser guionista a
conducir un programa de radio?
Fue larguísimo el proceso porque
primero, por cuestiones de salud y eso, ya no iba mucho a la radio.
Fueron pasando los años, éramos tres los que escribíamos,
Santiago, Diego y yo. Con el tiempo cada uno fue creciendo para el
lado que más le interesaba. A mí siempre me interesó ser más
guionista que otra cosa, entonces de alguna manera yo me quedé más
escribiendo en casa. También por cuestiones de salud me convenía
más estar en casa. Yo no tenía la ambición de estar en la radio,
de estar hablando. Siempre me gusto más un perfil bajo.
Uno de los chicos, Santiago, empezó a
hacer coordinación de aire, le gustaba más la producción y empezó
a sacar fotos. Entonces se convirtió más en fotógrafo y en
productor. Santiago es el Gallo.
El otro chico Diego, el Panza, como
nosotros en muchas secciones empezamos a hacer como personajes y él
los hacía, empezó más a salir al aire.
Entonces empezó cada uno ir para su
lado. Yo seguí escribiendo mucho con Diego. Uno era más productor,
otro era más hablar al aire y yo era más guionista.
Así fue por muchos años y la verdad
es que yo me sentía muy cómodo. Yo no tenía que salir al aire y
cuando me lo fueron proponiendo no era algo en lo que yo me sentía
muy cómodo.
Cuando nos pasamos acá, a Vorterix, me
ofrecieron hacer producción en un programa, producción creativa.
Era hacer ideas, escribir algún guion, y hacer artística, que son
los separadores, apertura, cierres, todas cosas que tienen que ver
con escribir. Hice dos años ahí y después el programa se levanto
por una cuestión operativa.
En el verano, cuando ese programa se
había levantando, dicen: “Aguanten dos meses más al aire porque
en marzo arranco otro programa”. Y se empezaron a ir de vacaciones
todos y hubo un momento en el que yo tuve que ir al aire porque había
uno al aire y bueno, no podes dejar a uno solo y me metí.
Después vino Santiago, el Gallo,
volvió de sus vacaciones y se quedó conmigo al aire. Y ahí
Pergolini dice: “Bueno me gusto esta dupla, quiero que ustedes
vayan al aire el año que viene. Hay que agregar más gente pero
ustedes dos estarían.” Al Gallo yo lo conozco hace un montón y
dar el salto a la conducción que a mí nunca me había gustado fue
más fácil porque estaba con mi amigo del secundario.
No fue algo buscado. Después de tantos
años de estar del otro lado fue un poco natural. Cuando Mario estaba
en “Cuál es” siempre me llamaba y yo estaba en diálisis,
trasplantado y estuve mucho tiempo al aire. Ya le había perdido el
miedo, no es que tenía miedo de salir al aire. No tenía miedo y no
era algo que me volvía loco, pero después me empezó a gustar.
Salir al aire tiene cosas feas y cosas re buenas pero te vas
acostumbrando.
¿Pensas que tiene cosas más feas
que buenas o más buenas que feas?
Lo que tiene de bueno es que cuando te
divertís te cagas de risa, es muy divertido y cuando está todo muy
relajado y cuando todo sale bien te gusta mucho. A lo mejor lo que no
te gusta tanto es, yo antes como guionistas tenia control o
responsabilidad sobre algunas cosas que yo ya sabía lo que era. Lo
escribía, lo grababa y salía bien, listo. Acá tenes la
responsabilidad de todo, yo termino el programa y no sé qué hice,
estoy hablando huevadas tres horas y media. Antes yo decía bueno acá
esta, está grabado, es esto, salió bien o mal. Esto es otra cosa,
tiene más que ver con la improvisación y con “zafar” por
decirlo de alguna manera.
Otra cosa que no me gusta, es que yo le
tengo mucho respeto al “aire” entonces cuando hay una charla en
la que yo no estoy muy seguro de lo que están hablando, yo no puedo
no hablar.
La otra vez había una charla sobre
Green Peace. Uno decía: “Porque Green Peace es mucho hablar y poco
hacer”. Yo la verdad que si me quiero poner a opinar de algo así,
tengo que leer un montón. Estoy en un terreno que no me gusta pero
no me puedo quedar callado porque estoy en un programa. ¿Cómo hago
para no decir una huevada? Pero también estas tratando de aportar.
No te podés borrar.
Cada horario te indica una temática
diferente. A la mañana es un programa periodístico, es el día a
día, todo lo que tiene que ver con el diario. El programa de 9am a
1pm es una mezcla, porque todavía hay gente que se levanta y se
hablan temas del día pero un poco más descontracturado. Al mediodía
ya es otra cosa. No podes arrancar como loco de un tema que ya se
hablo tanto. Es más descontracturado, es para la gente que está
trabajando y está más relajada. Y a la tarde ya es un programa más
magazine, más de boludeo. A mí me resulta más cómodo y me gusta
hacer un programa así.
Con las redes sociales tan
presentes, ¿le dan mucha importancia a lo que gusta y a lo que no
gusta?
No le damos mucha bola a lo que gusta o
no gusta. Le damos mucha bola a las redes sociales porque en el
verano a nosotros nos pareció, con el Gallo, que no nos conocía
nadie. Nos interesa más hacernos más fuertes con la audiencia que
con un nombre que no tenemos, entonces empezamos a hacer mucha
interacción y de alguna manera tratamos de que el oyente participe
en el programa. Si dicen que algo les gusta lo decimos al aire. Si
algo no gusta, no es que lo cortamos.
El otro día hicimos una entrevista a
un escritor que hablaba acerca de ciertas drogas y la legalización,
cuáles si, cuáles no. Decía cosas que eran muy polémicas, Twitter
lo estaba matando. Pero era una charla interesante que daba para
debatir. No tenemos que estar del todo de acuerdo con la persona que
está hablando, ni ellos con nosotros. Si vos no estás de acuerdo,
lo podes interpelar. O sea, no es que si algo está malo no lo
seguimos.
Nos importa mucho la interacción y que
el oyente sienta que tiene llegada. Te la tenes que creer esas cuatro
horas. Si yo no entro sabiendo que, por lo menos, tengo algo gracioso
que decir, no voy a hacer reír a nadie. Entonces te la tenes que
largar. Después cuando volves afuera sos el mismo boludo de siempre.
Pero tenes que hacer ese clic.
¿Cómo es trabajar con Pergolini?
¿Es un tipo fácil?
No, no es un tipo fácil, en muchos
aspectos no es un tipo fácil. Pero la mayoría de la gente que está
con él trabaja hace 20 años. Entonces eso te muestra un poquito que
es muy bueno trabajar con él en muchos aspectos.
Por ejemplo, yo como guionista, nunca
le tuve que dar los guiones a él para que los lea, nunca. Todo salió
al aire. O sea, que habla de una libertad creativa que no es muy
común.
Hace muchos años, me encontré en una
fiesta con un guionista, de Petinato. El guionista hacia casi lo
mismo que lo que hacía yo. Muy similar. Y me dice: “¿Cómo haces
vos con el tema de los guiones?” “Sigo con el guión, se lo doy y
lo leen al aire” le digo yo. Y me dice: “No, yo se lo tengo que
dar a un productor, que se lo da a Petinato, Petinato lo corrige, el
productor lo corrige.” Entonces ahí te das cuenta de la libertad
creativa que te da Mario.
Mas allá que trabajar con Pergolini,
en algún punto, es muy exigente, Él puede ser así, como lo
escuchas al aire (gritón). Te tenés que acostumbrar al estilo. Para
nosotros era como mucha presión, pero después te das cuenta de que
es parte de su forma de ser.
Las primeras veces que decía “Esto
es una mierda”, yo decía nos echó. Pero pasaron seis años y ya
dije “listo no nos va a echar. Es su forma de ser”. Pero él
siempre nos dio libertad creativa.
Nosotros en el programa, no tenemos una
bajada de él que es el gerente/director. En ningún momento te dice,
esto no lo hagan, esto sí. O sea que, es muy bueno trabajar con él.
Cuando tenes una reunión específica
con él, te puede llegar a decir algunas cosas. Pero siempre en muy
buenos términos. El personaje del aire no es lo mismo que lo que es
él, y si te habla te habla bien. Te puede decir: “Che, traten de
hacer los bloques más cortos.” Pero con muchísima libertad. Yo
como guionista tuve mucha libertad, que casi lo hace adictivo
trabajar con él. No queres trabajar con otra persona porque te
encontras con cosas que no estás acostumbrado. Te acostumbras a
trabajar con mucha libertad.