El
golpe de Estado en el 76
Entre el
76 y el 83 hubo un golpe de Estado en la Argentina. Represión,
muertes y protestas llevaron a 30.000 desaparecidos, sumando a los
fallecidos. Cecilia Ferrari cuenta su experiencia.
Por Juan Agustín Ortíz
Ferrari
- ¿Qué edad tenías
en ese tiempo?
Tenía desde los 16 hasta
los 22.
- ¿Qué estabas
estudiando en el colegio?
Bachillerato Pedagógico
en una escuela privada.
- ¿Tenías alguna
ocupación fuera del colegio?
Sí, pertenecía a un
grupo parroquial con el cual íbamos a vacacionar a un lugar de
chicos huérfanos.
- ¿Con quién vivías?
Con mis padres y con mis
hermanos.
- ¿Cómo era tu vida
con respecto a lo social?
Podíamos salir. En
general nos encontrábamos en la casa de algún amigo de la
parroquia. Tenías que salir siempre con el documento.
- ¿Cómo era el tema
de la vestimenta?
Mis compañeros no podían
ir con pelo largo. Cuando iban en grupos de varones los detenían, a
veces los revisaban la ropa o lo que llevaban.
- ¿En algún momento
tuviste alguna mala experiencia con los militares o la represión?
No, yo no tuve ninguna
experiencia de detención, pero sí tuvimos que dejar de ir a
misionar o dejar de ir a ayudar a los chicos del hogar.
- ¿Por qué? ¿Se los
prohibían?
Porque generaba cierta desconfianza. En ese momento la ayuda social. Se confundía este tipo de actividades con actividades políticas de izquierda.
Porque generaba cierta desconfianza. En ese momento la ayuda social. Se confundía este tipo de actividades con actividades políticas de izquierda.
- ¿En que otra
situación te sentiste afectada por la falta de libertad que se vivía
en el proceso militar?
Cuando terminé el secundario quería seguir medicina y me preparé en un instituto privado para rendir los exámenes de ingreso obligatorio para entrar en la mayoría de las carreras universitarias. Me presente a los exámenes y aprobé pero, no pude entrar debido a que, en ese momento había un cupo predeterminado para los que no teníamos ninguna vinculación con gente del proceso.
Cuando terminé el secundario quería seguir medicina y me preparé en un instituto privado para rendir los exámenes de ingreso obligatorio para entrar en la mayoría de las carreras universitarias. Me presente a los exámenes y aprobé pero, no pude entrar debido a que, en ese momento había un cupo predeterminado para los que no teníamos ninguna vinculación con gente del proceso.
- ¿Cómo era el tema
de los horarios en ese momento?
Teníamos que regresar
antes de las 12 de la noche, porque había toque de queda. Es decir,
tocaba una sirena, no tenías protección y podían detenerte en
cualquier momento y razón.
- ¿Censuraban algunos
medios de comunicación?
En esa época se
prohibieron muchos programas, había muchas propagandas a favor de
los militares y se suspendieron muchos espectáculos de teatro y de
cine. Casi todos los diarios estaban censurados como revistas y
libros. El mundial de fútbol del 78 aparecía como una gran pantalla
donde se reforzaban sentimientos nacionalistas y populistas pero
ocultando toda una realidad de muerte, desaparición y tortura.
- ¿Sentías miedo
dentro y fuera de tu casa?
Sí, a la madrugada, sobre
todo los días de semana se escuchaban tiros, frenadas y gritos que
me daban una sensación de temor y de no poder entender lo que
pasaba. Mucho tiempo después al comenzar a descubrir la verdad de
las situaciones que se vivían en ese entonces pude entender que lo
que escuchaba eran corridas, intromisión en las viviendas de la
gente, desaparición de personas.
- ¿Tus papás te
dieron algún indicio de lo que tenías que hacer cuando estabas en
la calle para cuidarte?
Sí, me decían que
siempre lleve el documento y si nos juntábamos en una casa me
pasaban a buscar.
- ¿Decís mucho lo del
documento, que es muy importante, que pasaba si no lo tenías encima?
Te detenían en una
comisaria, a veces llamaban a tu casa o a veces no y no volvías.
- Como para ir
terminando, ¿qué conclusiones podés sacar ahora que ya pasó ese
período de represión. ¿Cómo lo vivís en el día a día?
Con el deseo de que NUNCA
MÁS mi país vuelva a vivir una situación similar a esa época.
Disfruto de poder pensar, decir y vivir en un espacio democrático en
el cual la sociedad y cada uno de los ciudadanos que la componemos
podamos expresarnos con libertad y sentirnos responsables de nuestros
actos.
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