jueves, 1 de octubre de 2015

“Mi idea no era trabajar en radio, yo quería ser dentista”



Hector Norberto Tricinello locutor y periodista de 65 años, lleva 48 años en la radio Mitre. Hoy nos cuenta cómo descubrió su profesión y cómo logró llegar a estar tantos años en su carrera. 
 

Por Milagros Aldas

Norberto Tricinello es periodista de profesión y locutor recibido en el ISER, tiene 48 años de trayectoria en el servicio informativo y cubrió increíbles sucesos históricos. Fue cronista del asesinato a José Ignacio Rucci con sólo 21 años. Además, le tocó anunciar noticias como el suicidio de Alfredo Yabrán y la tragedia de Cromañón
 
En la entrevista nos va a contar cómo y a qué edad comenzó su carrera, a qué se dedica y el impacto de internet en los medios.

-¿A qué edad comenzaste a trabajar en la radio? ¿Cómo comenzó tu carrera?

-Yo comencé a trabajar en la radio a los 17 años, era muy joven, había terminado el secundario en diciembre del 66, hace muchos años. Surgió una vacante en el informativo de radio mitre para cadete. Hubo toda una historia antes de relacionarme con la radio. Resulta que mi papá fue durante muchos años el encargado de la portería en radio Belgrano, entonces desde muy chico comencé a ir a la radio, como todo chico que le gusta ir al trabajo de su papá. Mi idea no era trabajar en la radio, yo quería estudiar odontología. En ese momento ya había terminado el secundario, tenía que trabajar, y surgió el trabajo en la radio. Después de un año hice el ingreso a la carrera de odontología, pero se me complicaba para estudiar ya que tenía prácticas a la mañana y con el trabajo se me complicaba porque la radio me absorbía. En ese tiempo me empecé a dar cuenta que me gustaba más el trabajo en la radio que la carrera de odontología. Ingrese como cadete a los 17 años y mi función era reemplazar los papeles de los teletipos. Mis jefes vieron que me gustaba y me empezaron a enseñar muchísimo, de a poco fui entrando en lo que era el ambiente de la radio, por ejemplo, en esa época, cuando salía de casa, primero iba a Casa de Gobierno a ver a un periodista de Mitre, el me daba la información del día y yo se la daba al jefe. Luego me dieron la posibilidad de empezar a redactar los boletines, ya que un día dio la casualidad que dos de mis compañeros llegaban tarde. Lo leyeron y me dijeron que estaba muy bien, por ende me dieron la posibilidad de poder empezar a escribir y hacer notas. En ese momento no había universidades ni estaba la carrera de información, era cuestión de práctica. Los puestos de la carrera periodística eran cadete, reportero, cronista, aspirante de redacción y redactor. Pero si querías estudiar locución era otra cosa. Empecé a hacer esos pasos, y llegué a ser redactor. Aunque así como escribía los boletines, quería leerlos. Para eso comencé a estudiar la carrera de locución, ingrese y me recibí. Cómo yo ya estaba trabajando en la radio, empecé a leer boletines. Así fue mi carrera a lo largo, y como llegué a ser redactor/locutor.

-¿Te dedicabas a otra cosa antes de este trabajo?

-Nono, este fue mi primer trabajo. Termine el secundario, tenía que ir a trabajar e ingrese a la radio por el contacto de mi papá.

-¿Qué función cumplís ahora exactamente en la radio?

-Bueno, una vez que me asenté como redactor-locutor, ya dejé de hacer notas en la calle hace muchos años. Ahora en estos momentos, soy secretario de redacción, y encargado del turno ya que estoy ahí por años y experiencia. El trabajo es movedizo, tenés que estar escribiendo un boletín que cada media hora debo salir al aire, además tenés que escuchar lo que otros personajes periodísticos dicen en la televisión y escribirlo para redactar una noticia. Por eso son seis horas por día, ya que se considera que más de ese tiempo uno no rinde, porque al ritmo que se hace todo el trabajo se complica bastante.

-¿Cómo te enteras de la información que tenés que transmitir en el informativo?

-El tema de cómo llega la información y como la manejamos, es algo que cambio mucho con el tiempo, debido a la importancia de internet. Por ejemplo, te voy a contar una anécdota, hace muchos años, no recuerdo bien si en el 68 o 69, se hizo el primer trasplante de corazón en Sudáfrica. Tuvimos la voz de Barner e inclusive lo poco que hablo el trasplantado 15 días después. Llego en avión una cinta abierta donde se grababa lo que habían hablado. Fui yo como cadete a buscar la cinta a Aerolineas Argentinas. 
 
Yo creo que internet fue el cambio fundamental de la parte periodística, ahora es al instante que uno se entera de las noticias, vamos directo a los diarios, además la ventaja de internet es que también los diarios pueden leerse por la computadora, celular, etc. También nos llega la información directa por la web o por los cronistas. Por ejemplo en la parte política nosotros tenemos cronistas en la calle, en Casa de Gobierno, otro en el Congreso, etc. Además ahora también están los canales de noticias de la televisión que antes no existían. Es una gran competencia para la radio, ya que cuando uno está en la casa ve lo mismo que informa la radio pero con imágenes. Después también, tenemos los programas periodísticos predominantemente en mitre que es una radio política informativa. Tenes cuatro o cinco personajes periodísticos, entre ellos Lanata, Longobardi, etc, y se hacen muchas notas, entonces en el informativo tenes que estar atento a las notas que se van haciendo al instante , escuchas lo más importante y unís las partes más importantes de lo que dijo un candidato.

-¿Estás conforme con tu trabajo?

-Mucha gente dice “es todos los días el mismo trabajo”, pero no es un trabajo monótono, haces todos los días lo mismo y algo distinto. La noticia cambia a cada rato y varían todo el día. Es algo que realmente te tiene que gustar y lo tenes que sentir. Ya son 48 años lo mío en el informativo de radio Mitre y jamás me canse. Es algo que me gusta realmente, me encanta ir a trabajar, me siento como en mi casa, reconozco la suerte que tuve en mi vida un trabajo que me encanto y no me molesto nunca, además es una ventaja no tener esa presión de pensar que me tengo que levantar al otro día para ir a trabajar, ni siquiera lo pienso. No lo veo como un trabajo, si no que estoy yendo para hacer lo que me gusta. Es un trabajo muy lindo, más si ganamos primicias o si cuando manejas alguna noticia que vos consideraste importante, al otro día aparece en la portada de los diarios.

-¿Cuántas veces el informativo mitre gano el Martín Fierro?

-Sí, ganamos 20! Impresionante. Dentro de los 20, digamos que 19 fueron en los últimos 15 años, que fuimos ganando muy seguido. El primero casualmente fue en el año 67 que yo entre a trabajar, así que de los 20 premios, tuve los 20 en Mitre.
Te sentís muy bien al ganarlos, fui a numerosas entregas incluso me toco ir a recibirlos y subir a hablar. Estas ahí parado frente a gente conocida e importante que están ahí sentados escuchándote y por más experiencia que tengas con un micrófono, te sentís bastante nervioso. Una cosa es estar sentado en la radio que te sentís como en tu casa, pero otra cosa es estar ahí parado frente a tanta gente que encima sabes que te está enfocando la cámara. Pero bueno es una linda experiencia, de hecho te encontrás con compañeros de otras radios, y algunos que pasaron de la radio a la televisión. Es un lindo reconocimiento, ya que es la radio que más premios ganó y 12 de esos fueron consecutivos.

-¿Te interesaría la posibilidad de trabajar en la televisión?

-No, no para nada. No me llamó la atención nunca, y tampoco lo intenté. Tal vez si cuando era joven hubiera surgido la posibilidad, quizás lo hubiera hecho, pero en mi época no existían los canales de noticias. Pero igualmente la radio tiene una magia que la televisión no tiene. Lo que sí, la televisión te da notoriedad, yo hace 48 años que trabajo en la radio, salgo a la calle y no me conoce nadie. También los sueldos son distintos, seamos sinceros, el de la televisión es mucho mejor, pero bueno es otra cosa. Por ejemplo, yo no sé si hubiera resultado en la tele, porque yo puedo saber redactar o leer pero quizás frente a las cámaras no hubiera podido, capaz no te sentís cómodo. Por eso mismo para que el trabajo me salga bien, yo en la radio me siento como si estuviera en mi casa.

 


lunes, 28 de septiembre de 2015

EMILIANO GOGGIO: DE GUIONISTA A CONDUCTOR




Emiliano “Mili” Goggio (40) es, actualmente, conductor de un programa de la radio Vorterix llamado “Ácido”, con sus compañeros Santiago "el Gallo " Bluguermann, Julio Leiva y Martín Abusamr. Los viernes tiene su segmento llamado “La MiliFest”. Antes era guionista de radio. Goggio nos muestra la radio y contesta algunas de nuestras preguntas mientras estamos sentados en la sala de la pantalla verde, lugar en donde transmiten recitales en vivo por la web.



Por Luciana Gottlieb


¿Qué es ser guionista de radio?

Un guionista no te guiona todo el programa, te guiona cosas determinadas. Y generalmente tiene que ver con el humor. Hay algunos que, ponele, los humoristas o los imitadores tienen un guioncito que se lo escriben ellos.

Por ejemplo, esto no está guionado (refiriéndose al programa de radio que estaba en el aire en ese momento).

En el 97 nosotros teníamos un programa en una radio chica en el que escribíamos nosotros y lo actuábamos. Tenían un principio y un final y era todo actuado. Hacíamos algunas en vivo y otras grabadas.

Cuando empezamos con Mario (Pergolini), él dijo: “Bueno, quiero empezar a tener un radio-teatro, hacer todos los días”, entonces nosotros empezamos a hacer eso. Un radio-teatro que empezaba el lunes y terminaba el viernes. Eran cinco capítulos.

Y eso fue lo primero que empezamos a hacer y era guionado porque tenía un principio y un final, pero era parte del programa. A medida que fue pasando el tiempo fuimos haciendo más cosas, pero siempre a través del humor y cosas que son grabados.

¿Por qué elegiste la carrera de guionista?

Nosotros no tenemos una carrera en sí. Fue algo más natural. Cuando nosotros estábamos en cuarto año tuvimos un taller de radio que había de todo, podías practicar un poquito de lo que es conducir o guionar o lo que sea.

Nosotros éramos cuatro. Hicimos como un programa de humor que era todo muy amateur. Pero empezamos guionando nuestras cositas.

Cuando terminamos el colegio, nuestro profesor nos dice: “Esto está bueno chicos. Por qué no hacen un poquito más de esto, tratan de meterse en algún lado, en alguna radio de barrio y si les gusta pueden fijarse para qué lado ir.” Yo nunca había pensado en hacer radio como una carrera o lo que sea. Este profesor nos hace a nosotros la gamba y entramos en FM La Tribu, que es una radio de barrio pero que, digamos, es bastante conocida.

Los estándar eran buenos entonces pudimos hacer un programo relativamente bueno porque teníamos apoyo de la radio y todo. Ahí también era un programa muy amateur, pero éramos cuatro e hicimos 120 programas, lo cual es mucho. Fueron tres años que empezamos a desarrollar un montón de cosas de humor para escribir cositas, radio-teatro, guiones.

Cuando teníamos tres años ya con eso y estábamos hartos de alquilar un espacio, dijimos: “Bueno, vamos a ver qué hacemos con esto.” Y llevamos cassetts, 1997-se burla de la antigüedad – a tres o cuatro radios que nos parecían que nos podían dar una oportunidad. Uno de ellos fue Pergolini. Uno de los chicos les dio un cassetts, Mario lo escuchó y dijo: “Bueno esto me gusta”. Él estaba buscando guionistas justo. “Me gusta pero necesito que me hagan un demo más grande” nos dijo. Él estaba en la Rock and Pop en ese momento, era el segundo año de “Cuál es”. Y nos dijo por ejemplo: “Yo de estos tres minutos quiero que me hagan algo que dure 20” y nosotros teníamos secciones de tres minutos. Tenemos que escribir como si fuera un piloto o un demo, algo que tuviera más que ver con lo que él estaba necesitando.

Ahí empezamos a desarrollar la carrera de guionista, más que conducción que era algo que nosotros hacíamos en la radio de barrio. Poco a poco fuimos aprendiendo, pero no fue una carrera.

Es decir, no fue algo que estudiaste en una facultad

Arrancamos nosotros por nuestra cuenta. Después la facultad fue directamente “Cuál es”.La gran diferencia es que estás acostumbrado, cuando empezás a producir dos cosas por semana. Y cuando estás en una radio capaz tenés que producir tres por día. Entonces ahí está el cambio. Cuando realmente te profesionalizas es cuando aprendés el trabajo en sí. Entonces el día a día es realmente lo que te va dando una práctica y te hace automatizar una cosa, que a lo mejor es un laburo que lo haces por hobbie.

Ahí fue cuando nos convertimos en guionistas de alguna manera. Éramos tres y cada uno fue haciendo un camino distinto.

Y ¿cómo pasaste de ser guionista a conducir un programa de radio?

Fue larguísimo el proceso porque primero, por cuestiones de salud y eso, ya no iba mucho a la radio. Fueron pasando los años, éramos tres los que escribíamos, Santiago, Diego y yo. Con el tiempo cada uno fue creciendo para el lado que más le interesaba. A mí siempre me interesó ser más guionista que otra cosa, entonces de alguna manera yo me quedé más escribiendo en casa. También por cuestiones de salud me convenía más estar en casa. Yo no tenía la ambición de estar en la radio, de estar hablando. Siempre me gusto más un perfil bajo.

Uno de los chicos, Santiago, empezó a hacer coordinación de aire, le gustaba más la producción y empezó a sacar fotos. Entonces se convirtió más en fotógrafo y en productor. Santiago es el Gallo.

El otro chico Diego, el Panza, como nosotros en muchas secciones empezamos a hacer como personajes y él los hacía, empezó más a salir al aire.

Entonces empezó cada uno ir para su lado. Yo seguí escribiendo mucho con Diego. Uno era más productor, otro era más hablar al aire y yo era más guionista.

Así fue por muchos años y la verdad es que yo me sentía muy cómodo. Yo no tenía que salir al aire y cuando me lo fueron proponiendo no era algo en lo que yo me sentía muy cómodo.

Cuando nos pasamos acá, a Vorterix, me ofrecieron hacer producción en un programa, producción creativa. Era hacer ideas, escribir algún guion, y hacer artística, que son los separadores, apertura, cierres, todas cosas que tienen que ver con escribir. Hice dos años ahí y después el programa se levanto por una cuestión operativa.

En el verano, cuando ese programa se había levantando, dicen: “Aguanten dos meses más al aire porque en marzo arranco otro programa”. Y se empezaron a ir de vacaciones todos y hubo un momento en el que yo tuve que ir al aire porque había uno al aire y bueno, no podes dejar a uno solo y me metí.

Después vino Santiago, el Gallo, volvió de sus vacaciones y se quedó conmigo al aire. Y ahí Pergolini dice: “Bueno me gusto esta dupla, quiero que ustedes vayan al aire el año que viene. Hay que agregar más gente pero ustedes dos estarían.” Al Gallo yo lo conozco hace un montón y dar el salto a la conducción que a mí nunca me había gustado fue más fácil porque estaba con mi amigo del secundario.

No fue algo buscado. Después de tantos años de estar del otro lado fue un poco natural. Cuando Mario estaba en “Cuál es” siempre me llamaba y yo estaba en diálisis, trasplantado y estuve mucho tiempo al aire. Ya le había perdido el miedo, no es que tenía miedo de salir al aire. No tenía miedo y no era algo que me volvía loco, pero después me empezó a gustar. Salir al aire tiene cosas feas y cosas re buenas pero te vas acostumbrando.

¿Pensas que tiene cosas más feas que buenas o más buenas que feas?

Lo que tiene de bueno es que cuando te divertís te cagas de risa, es muy divertido y cuando está todo muy relajado y cuando todo sale bien te gusta mucho. A lo mejor lo que no te gusta tanto es, yo antes como guionistas tenia control o responsabilidad sobre algunas cosas que yo ya sabía lo que era. Lo escribía, lo grababa y salía bien, listo. Acá tenes la responsabilidad de todo, yo termino el programa y no sé qué hice, estoy hablando huevadas tres horas y media. Antes yo decía bueno acá esta, está grabado, es esto, salió bien o mal. Esto es otra cosa, tiene más que ver con la improvisación y con “zafar” por decirlo de alguna manera.

Otra cosa que no me gusta, es que yo le tengo mucho respeto al “aire” entonces cuando hay una charla en la que yo no estoy muy seguro de lo que están hablando, yo no puedo no hablar.

La otra vez había una charla sobre Green Peace. Uno decía: “Porque Green Peace es mucho hablar y poco hacer”. Yo la verdad que si me quiero poner a opinar de algo así, tengo que leer un montón. Estoy en un terreno que no me gusta pero no me puedo quedar callado porque estoy en un programa. ¿Cómo hago para no decir una huevada? Pero también estas tratando de aportar. No te podés borrar.

Cada horario te indica una temática diferente. A la mañana es un programa periodístico, es el día a día, todo lo que tiene que ver con el diario. El programa de 9am a 1pm es una mezcla, porque todavía hay gente que se levanta y se hablan temas del día pero un poco más descontracturado. Al mediodía ya es otra cosa. No podes arrancar como loco de un tema que ya se hablo tanto. Es más descontracturado, es para la gente que está trabajando y está más relajada. Y a la tarde ya es un programa más magazine, más de boludeo. A mí me resulta más cómodo y me gusta hacer un programa así.

Con las redes sociales tan presentes, ¿le dan mucha importancia a lo que gusta y a lo que no gusta?

No le damos mucha bola a lo que gusta o no gusta. Le damos mucha bola a las redes sociales porque en el verano a nosotros nos pareció, con el Gallo, que no nos conocía nadie. Nos interesa más hacernos más fuertes con la audiencia que con un nombre que no tenemos, entonces empezamos a hacer mucha interacción y de alguna manera tratamos de que el oyente participe en el programa. Si dicen que algo les gusta lo decimos al aire. Si algo no gusta, no es que lo cortamos.

El otro día hicimos una entrevista a un escritor que hablaba acerca de ciertas drogas y la legalización, cuáles si, cuáles no. Decía cosas que eran muy polémicas, Twitter lo estaba matando. Pero era una charla interesante que daba para debatir. No tenemos que estar del todo de acuerdo con la persona que está hablando, ni ellos con nosotros. Si vos no estás de acuerdo, lo podes interpelar. O sea, no es que si algo está malo no lo seguimos.

Nos importa mucho la interacción y que el oyente sienta que tiene llegada. Te la tenes que creer esas cuatro horas. Si yo no entro sabiendo que, por lo menos, tengo algo gracioso que decir, no voy a hacer reír a nadie. Entonces te la tenes que largar. Después cuando volves afuera sos el mismo boludo de siempre. Pero tenes que hacer ese clic.

¿Cómo es trabajar con Pergolini? ¿Es un tipo fácil?

No, no es un tipo fácil, en muchos aspectos no es un tipo fácil. Pero la mayoría de la gente que está con él trabaja hace 20 años. Entonces eso te muestra un poquito que es muy bueno trabajar con él en muchos aspectos.

Por ejemplo, yo como guionista, nunca le tuve que dar los guiones a él para que los lea, nunca. Todo salió al aire. O sea, que habla de una libertad creativa que no es muy común.

Hace muchos años, me encontré en una fiesta con un guionista, de Petinato. El guionista hacia casi lo mismo que lo que hacía yo. Muy similar. Y me dice: “¿Cómo haces vos con el tema de los guiones?” “Sigo con el guión, se lo doy y lo leen al aire” le digo yo. Y me dice: “No, yo se lo tengo que dar a un productor, que se lo da a Petinato, Petinato lo corrige, el productor lo corrige.” Entonces ahí te das cuenta de la libertad creativa que te da Mario.

Mas allá que trabajar con Pergolini, en algún punto, es muy exigente, Él puede ser así, como lo escuchas al aire (gritón). Te tenés que acostumbrar al estilo. Para nosotros era como mucha presión, pero después te das cuenta de que es parte de su forma de ser.

Las primeras veces que decía “Esto es una mierda”, yo decía nos echó. Pero pasaron seis años y ya dije “listo no nos va a echar. Es su forma de ser”. Pero él siempre nos dio libertad creativa.

Nosotros en el programa, no tenemos una bajada de él que es el gerente/director. En ningún momento te dice, esto no lo hagan, esto sí. O sea que, es muy bueno trabajar con él.

Cuando tenes una reunión específica con él, te puede llegar a decir algunas cosas. Pero siempre en muy buenos términos. El personaje del aire no es lo mismo que lo que es él, y si te habla te habla bien. Te puede decir: “Che, traten de hacer los bloques más cortos.” Pero con muchísima libertad. Yo como guionista tuve mucha libertad, que casi lo hace adictivo trabajar con él. No queres trabajar con otra persona porque te encontras con cosas que no estás acostumbrado. Te acostumbras a trabajar con mucha libertad.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Sin aire no hay fuego


Ponerle cuerpo a la palabra. Llevar a la práctica y defender el derecho a la comunicación. De eso también se ocupa este taller y por eso quisimos conocer la radio La Tribu: hoy referencia indiscutida de lo que se conoce como comunitario, popular y alternativo. La Tribu es otra experiencia “sin patrón” que demuestra sustentabilidad, calidad y calidez en sus contenidos, muchos de los cuales se tejen desde los márgenes.
Durante la visita y el recorrido por las instalaciones, Paula, una de las representantes del colectivo, compartió con los alumnos y las alumnas las diferencias entre las radios comunitarias y las comerciales, los objetivos y horizontes de la emisora, y las maneras de organizarse y de sostenerse económicamente. También hubo tiempo para probar los micrófonos y el aire de grabación.
“Tenemos derecho a ser informado y a producir información. Eso es un medio de comunicación comunitario. La Tribu es una casita con parlantes. Un lugar de difusión de cultura”. 












miércoles, 8 de julio de 2015

Programa “La Escuela va a los juicios”


El lunes 06 de julio, alumnos y alumnas de 3ero y 4to año del Instituto Glaux participaron del Programa “La Escuela va a los juicios”, organizado por el Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos. 

Durante toda la mañana, 28 adolescentes presenciaron en Comodoro Py la lectura de los alegatos de la causa Esma unificada: tercer juicio en el que se investigan los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela Mecánica de la Armada durante la última dictadura cívico-militar.

La invalorable experiencia de participar de un hecho histórico para nuestro país se completó con un encuentro final con los organizadores del programa, en el que los estudiantes pudieron hacer preguntas y compartir sensaciones.

Se trata del juicio más voluminoso de nuestra historia: por la cantidad de víctimas y de acusados implicados, por el reservorio documental, por lo años de impunidad y porque se busca justicia por los crímenes cometidos en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio más grande de la Argentina.

Las palabras del alumno Gastón Rizzo resumieron un poco lo vivido: “Esta experiencia nos construye como ciudadanos”.

¡Compartimos imágenes!





lunes, 22 de junio de 2015


REPORTAJE

Una señora de 95 años muy lúcida

A Favaloro lo matamos los argentinos”
Irma me habló de sus recuerdos, sus quejas por la inflación y la inseguridad, sus miedos y su visión del presente, los cambios favorables y los retrocesos de la sociedad. Opinó del Papa, de Cristina, el Dr. Favaloro, Randazzo y de algunos expresidentes.

Por Matías Turina

En su cómodo departamento de Monserrat, Irma me relató sus puntos de vista sobre un vasto temario. En forma desordenada porque ante muchas preguntas “se va por las ramas”, esta mujer nacida el 6 de enero de 1920 y que comenzó a trabajar a los 13 años ayudando a su padre en tareas de su hotel marplatense, luego fue estudiante en la Universidad de La Plata para desarrollar 67 años de trabajo (hasta los 88 años) en su laboratorio de análisis clínicos, me fue dando sus opiniones sobre distintos temas. Irma vive sola, no tuvo hijos y no le queda ningún familiar “de sangre” (padres, hermanos, esposo y hasta su único sobrino han fallecido). Irma recibía y cuidaba los fines de semana a mi abuela Elsa, su íntima amiga cuatro años menor que ella, desde que falleció mi abuelo Eugenio, en 2003, hasta casi su final en el 2011, pese a su cada vez más avanzado Alzheimer. Ahora Irma es mi “abuela postiza”. Una señora concurre tres veces por semana para ayudarla en tareas del hogar.
-¿Cuáles son las cosas que más te preocupan en la actualidad?
-Me preocupan la inflación que no cede, y también la inseguridad. No es posible que todos los días haya tantos crímenes y las autoridades no puedan frenarlos.
-¿Y eso te atemoriza para salir a la calle?
-No. Yo casi no salgo a la calle. Mis temores son más personales. Yo vivo sola y a la noche, cuando tengo algún dolor no sé qué me puede pasar. Me tengo que levantar unas cuatro veces por noche para ir al baño y temo caerme, pero jamás mojé la cama. Además tuve muchos ACV (accidentes cerebrovasculares) transitorios. Entonces empiezo a rezar (Irma reza un padrenuestro completo), porque así entretengo mi cabeza, y además creo que Dios me va a ayudar. Porque Dios está para ayudarnos, no para castigar. Cuando era chica, en el colegio las monjas nos amenazaban con el castigo de Dios, con el Purgatorio y el infierno. Pero yo creo que Dios está para ayudar porque es solo bondad.
-¿Y por qué te decían eso de chica?
-No sé, creo que era la idea que bajaba de la Iglesia en esa época, del Papa de entonces. Ahora es distinto. El Papa Francisco transmite amor y paz, no amenaza con castigos. Yo creo que él es el mejor Papa que he conocido. Y eso que lo han maltratado tanto en la Argentina.
-¿Quién?
-Cristina. Ella ha sido muy mala. Todos loa años lo maltrataba llevando los Tédeum al interior, a Luján, a Santiago del Estero.
-No la querés a Cristina.
-Sí, ahora ha cambiado mucho. Creo que se está ocupando de los niños y de los adolescentes, abriendo muchas universidades para que puedan estudiar. Está haciendo mejor las cosas.
-¿Y cuándo creés que cambió?
-A mí me parece que luego de tantos problemas personales ella cambió y empezó a ser distinta. Tuvo que soportar la muerte de Kirchner, después las operaciones, sobretodo la del coágulo en la cabeza. Cuando la operaron acá en la Favaloro. Yo siempre me acuerdo del nombre de su cirujano, el Dr. Cristian Fuster, mirá como me acuerdo, porque por suerte mi memoria está muy bien, al menos para las cosas importantes. Hay nombres que no hay que olvidar. En Argentina hay mucha gente muy valiosa, como el Dr. Manes. ¡Y Favaloro! ¡Qué injustos fuimos con ese hombre! Por suerte un día se juntaron 500 operados del corazón y le hicieron un homenaje. Pero no le pagaban y lo llevaron a una situación desesperante. Siempre me acuerdo de ese día, el 29 de julio. Nos fuimos de la fiesta de tu cumpleaños y al rato suena el teléfono y tu abuela Elsita me dice ¿te enteraste? No lo podía creer. ¡A Favaloro lo matamos los argentinos! ¡Qué desagradecidos somos!
-¿Cuál pensás que fue el mejor presidente argentino?
-Alfonsín, el padre de esta democracia. ¡Cómo festejamos cuando asumió! Fuimos a bailar con Elsita y Eugenio a la 9 de Julio. Lástima como terminó, qué cosas que le hicieron. Después vino Menem, ¡qué hombre tan cínico, qué falso!
-¿Y de los candidatos actuales?
-Me gusta Randazzo. Me parece un hombre muy eficiente. Fijate lo que hizo con los documentos, cómo cambió para obtener un pasaporte. Y con la SUBE, los trenes, los subtes (sic).
-Pasando a otro tema, ¿qué cambios positivos ves en los tiempos modernos y qué cosas empeoraron?
-Lo bueno es la tecnología (mientras dice esto observo su notebook, que ella aprendió a usar hace pocos años y utiliza para enviar mails y ver imágenes, consultar términos o conceptos. Aunque no se acostumbró nunca al homebanking u otras facilidades de la computación). Los cambios tecnológicos han mejorado muchas actividades, las hicieron más sencillas. ¡Y lo que va a seguir mejorando! Me encanta ver un concierto que se está desarrollando en Italia, por ejemplo, y yo lo puedo disfrutar por la televisión en directo, sentada en este sillón.
-¿Y qué cosas han desmejorado?
-La sociedad. La falta de respeto, de los jóvenes a sus maestros, y la de los maestros a sus alumnos. Se perdieron valores. Antes, si un chico quería salir y le decían no, se callaba la boca y respetaba a sus mayores. ¡Rosa! (Llama a su empleada. Pero sigue hablando Irma): que te cuente Rosa, cuando una hija volvió a las 10 de la mañana de bailar: ¡el cachetazo que le dio! Y después se lo agradeció. Yo no tuve hijos, pero Rosa tuvo ocho y te puede contar. Ahora andá a decirle algo a sus nietos. Hacen lo que quieren. Pero después pasan las cosas que vemos cada día. Las chicas de 14, 15 años un día conocen a un hombre grande, mayor de 20, y las engañan, y por eso el tema de la trata de personas es cada vez más grave. ¡Eso es lo que consiguen! Y no se dan cuenta que todavía no han madurado, no entienden los riesgos que corren por no respetar los consejos que le dan los padres.

La hora fue pasando y tengo que irme para llegar al teatro para el que ya tengo las entradas. Tengo ganas de responderle que no se puede culpabilizar a las víctimas. Y también que en 1935, cuando Irma tenía mi edad, tal vez había muchos más casos de trata de personas pero no se combatía el delito y nadie se enteraba. Pero me tengo que ir. Tal vez cuando el miércoles 3 Irma vea por televisión la marcha “Ni Una Menos” pueda pensar otras cosas…al menos que esta sociedad está viva y pelea.

 

viernes, 19 de junio de 2015


El golpe de Estado en el 76

Entre el 76 y el 83 hubo un golpe de Estado en la Argentina. Represión, muertes y protestas llevaron a 30.000 desaparecidos, sumando a los fallecidos. Cecilia Ferrari cuenta su experiencia.


Por Juan Agustín Ortíz Ferrari


- ¿Qué edad tenías en ese tiempo?
Tenía desde los 16 hasta los 22.
- ¿Qué estabas estudiando en el colegio?
Bachillerato Pedagógico en una escuela privada.
- ¿Tenías alguna ocupación fuera del colegio?
Sí, pertenecía a un grupo parroquial con el cual íbamos a vacacionar a un lugar de chicos huérfanos.
- ¿Con quién vivías?
Con mis padres y con mis hermanos.
- ¿Cómo era tu vida con respecto a lo social?
Podíamos salir. En general nos encontrábamos en la casa de algún amigo de la parroquia. Tenías que salir siempre con el documento.
- ¿Cómo era el tema de la vestimenta?
Mis compañeros no podían ir con pelo largo. Cuando iban en grupos de varones los detenían, a veces los revisaban la ropa o lo que llevaban.
- ¿En algún momento tuviste alguna mala experiencia con los militares o la represión?
No, yo no tuve ninguna experiencia de detención, pero sí tuvimos que dejar de ir a misionar o dejar de ir a ayudar a los chicos del hogar.
- ¿Por qué? ¿Se los prohibían? 
 Porque generaba cierta desconfianza. En ese momento la ayuda social. Se confundía este tipo de actividades con actividades políticas de izquierda.
- ¿En que otra situación te sentiste afectada por la falta de libertad que se vivía en el proceso militar?

Cuando terminé el secundario quería seguir medicina y me preparé en un instituto privado para rendir los exámenes de ingreso obligatorio para entrar en la mayoría de las carreras universitarias. Me presente a los exámenes y aprobé pero, no pude entrar debido a que, en ese momento había un cupo predeterminado para los que no teníamos ninguna vinculación con gente del proceso.
- ¿Cómo era el tema de los horarios en ese momento?
Teníamos que regresar antes de las 12 de la noche, porque había toque de queda. Es decir, tocaba una sirena, no tenías protección y podían detenerte en cualquier momento y razón. 
- ¿Censuraban algunos medios de comunicación?
En esa época se prohibieron muchos programas, había muchas propagandas a favor de los militares y se suspendieron muchos espectáculos de teatro y de cine. Casi todos los diarios estaban censurados como revistas y libros. El mundial de fútbol del 78 aparecía como una gran pantalla donde se reforzaban sentimientos nacionalistas y populistas pero ocultando toda una realidad de muerte, desaparición y tortura.
- ¿Sentías miedo dentro y fuera de tu casa?
Sí, a la madrugada, sobre todo los días de semana se escuchaban tiros, frenadas y gritos que me daban una sensación de temor y de no poder entender lo que pasaba. Mucho tiempo después al comenzar a descubrir la verdad de las situaciones que se vivían en ese entonces pude entender que lo que escuchaba eran corridas, intromisión en las viviendas de la gente, desaparición de personas.
- ¿Tus papás te dieron algún indicio de lo que tenías que hacer cuando estabas en la calle para cuidarte?
Sí, me decían que siempre lleve el documento y si nos juntábamos en una casa me pasaban a buscar.
- ¿Decís mucho lo del documento, que es muy importante, que pasaba si no lo tenías encima?
Te detenían en una comisaria, a veces llamaban a tu casa o a veces no y no volvías.
- Como para ir terminando, ¿qué conclusiones podés sacar ahora que ya pasó ese período de represión. ¿Cómo lo vivís en el día a día?
Con el deseo de que NUNCA MÁS mi país vuelva a vivir una situación similar a esa época. Disfruto de poder pensar, decir y vivir en un espacio democrático en el cual la sociedad y cada uno de los ciudadanos que la componemos podamos expresarnos con libertad y sentirnos responsables de nuestros actos.

jueves, 18 de junio de 2015


Inicio de la independencia

El día 22 de este mes fue realizado el acto del 25 de Mayo en el colegio Glaux.

Por Julián Abelaira

Para empezar el acto los estudiantes cantaron el himno a capela. Después, el profesor Pablo García dijo unas palabras acerca de cómo sería una revolución en la actualidad comparada con la de 1810: “Estamos dispuestos a hacer un cambio o proponer la revolución de escuchar. Una revolución que tiene que ver con la tolerancia, con la solución a través del diálogo, a través de la justicia, y no a través de la violencia y de la imposición”, propuso en un plano pacífico.

Para finalizar, los chicos cantaron la canción “Crece desde el pie”, dirigidos por la profesora Silvana Sagripanti.